martes, 20 de noviembre de 2012

Love is in the air...


Desde pequeña soy fanática de las sorpresas, pero cuidado con que lo sospeche porque pierde todo el encanto. Ese tipo de detalles inesperados me parecen indispensables en la vida de cualquier persona, desde un niño hasta un anciano, y algo que se agradece es que en medio de este ritmo acelerado que llevamos aún haya gente que se tome el tiempo de pensar, planear y ejecutar una sorpresa, más aún si esa persona es tu pareja.

Aunado a mi espíritu de niña, me encantan las emociones fuertes y los momentos en que la adrenalina se apodera del cuerpo. Por ende, salto en paracaídas y vuelo en globo encabezaban mi lista de "cosas por hacer". De hecho, durante muchos años insinué y también expresé directamente mi deseo de volar en globo, pero nadie lo cumplió. No se trataba de que yo lo organizara, pues había dos requisitos, debía ser sorpresa y romántico.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Hace dos años...



Hace dos años exactamente pisé por primera vez Londres, la ciudad de la que tanto me había hablado mi entonces novio, hoy esposo. Eran tantas las expectativas que tenía del lugar, que, obviamente, no se cubrieron.

Tras varias, largas y cansadas horas de vuelo, la fotografía obligada en el taxi londinense y quejarnos por las habitaciones del hotel asignadas erróneamente, el suegro, Mine, Alejandro, Luis y yo salimos a recorrer las calles cercanas, no sin antes hacer una parada en un restaurante italiano ya conocido por la familia.

Cerca de las 7 de la noche, mi pila estaba en reserva. No podía más con el cansancio, mis pies estaban a punto de explotar y la cara de muerta a todo lo que daba. Ya había conocido lo necesario, suficiente y más de lo que una persona puede conocer durante las primeras horas de un viaje, como el Palacio de Buckingham, Picadilly Circus, London Eye y el Big Ben.

En lo único que pensaba era en llegar a la habitación, darme un baño y dormir plácidamente hasta el siguiente día.

miércoles, 29 de agosto de 2012

De miedos a miedos



No suelo asustarme fácilmente y pocas son las cosas que ocasionan que reaccione despavoridamente, quizá ahora un poco más, desde que soy madre, pero generalmente procuro dominar mis miedos; por ello, me es muy sencillo contar con la mano las ocasiones en que prácticamente he perdido la razón a causa de un susto.

La primera vez fue cuando "Chela", una muchacha que le ayudaba a mi mamá con las labores domésticas, nos acompañó a mi hermana, a mi amiga Jessica y a mí a la tienda. Íbamos caminando a la mitad de la calle, haciendo bromas y riendo, cuando derepente vi de reojo que se había caído. Inmediatamente volteé con la intensión de burlarme, pero mi sorpresa fue grande cuando vi que se había desmayado.

Más que una casa, un hogar


Una de las grandes satisfacciones de ejercer el periodismo es tener la oportunidad de conocer, convivir y acercarte a personas, temas y grupos sociales distintos e interesantes, a gente con mucho qué decir y aportar, y, en ocasiones, poder ayudar a través de tus letras o palabras.

 Hace poco realicé una serie de entrevistas para un reportaje, de esas que te hacen valorar tu trabajo y confirmar que elegiste bien tu carrera profesional.

Nada más conmovedor y ningún ejemplo de vida y lucha constante mayor que ver a una niña de 3 años que pese a padecer cáncer regala una sonrisa a quien se acerque a saludarla, o el rostro de una madre que a pesar de las deficiencias económicas y preocupación por la salud de su hijo(a) agradece la ayuda que recibe, o ver a una señora de 96 años de edad dedicando la mitad de las horas de su día a clasificar objetos para recabar fondos y apoyar así a los enfermos, sin dinero de por medio. Ese es el tipo de personas que habitan el albergue de Casa de la Amistad, una institución que brinda ayuda integral a niños y jóvenes que padecen cáncer.

Caminar por sus pasillos, recorrer las instalaciones, todas pensadas en los enfermos; escuchar los testimonios, conversar con las voluntarias y staff que labora en la institución, así como ver el rostro de los chicos y adultos que por épocas ven en Casa de la Amistad un hogar es una gran lección de vida, un enfrentamiento con una realidad que en ocasiones nos negamos a ver o nos olvidamos de ella, una sacudida interna y un llamado a reordenar nuestras prioridades.



domingo, 12 de agosto de 2012

My Name is Khan


Siempre he pensado que la primaria es una de las etapas escolares más divertida, de mayor aprendizaje, más importante en la formación de un niño, pero también la más cruel.
En esos años, sobre todo los primeros, es cuando los pequeños están más receptivos a cualquier comentario, bueno o malo, sobre todo si viene de sus compañeros o de alguien a quien aprecian o admiran, como los padres.
Algo con lo que nunca he estado de acuerdo es con los regaños públicos y, a mi parecer, algunas profesoras en ocasiones confunden su rol y se sienten con derecho de ridiculizar al alumno frente al grupo. Lo mismo sucede con algunas mamás y, aunque la mayoría de las veces es inconsciente, igual lastiman y dañan la autoestima del niño.

martes, 7 de agosto de 2012

Aplauso de pie


Hoy más que nunca aplaudo de pie a las mamás que se quedan 24 por 24 horas CUIDANDO a sus hijos. Y escribo cuidando en mayúsculas porque estar en casa no siempre significa estar al pendiente de los niños, no para algunas mujeres. 

No digo que las madres que trabajamos tengamos un camino sencillo o todo sea miel sobre hojuelas, pero la realidad es que, a mi parecer, salir del hogar, convivir con los compañeros en la oficina, ejercer la profesión que elegimos y ver temas no relacionados con maternidad ayudan de alguna manera a despejarnos y aligerar los días.
 
Es algo que he pensado siempre, desde que me estrené como mamá y regresé al trabajo, pero cuando escucho las historias de mis amigas, cuando tengo un día complicado sin salir de casa en 24 horas o cuando veo a mi hermana con dos bebés de 15 meses, lo reafirmo.
 

viernes, 3 de agosto de 2012

Reencuentro

Llegó un poco tarde como de costumbre. Tocó y al no recibir respuesta, me envió un mensaje en el mismo tono de siempre "ábreme".


Mientras caminaba hacia la puerta, pensaba en la forma que debía saludarlo. Después de dos años, no sabía si hacerlo con un efusivo abrazo que expresara lo mucho que lo había extrañado y que me había hecho falta en algunas ocasiones o simplemente con un "hola", seco y muy a mi estilo, como un reclamo silencioso por no haber estado conmigo en los momentos importantes y por haber ignorado un par de correos.


Abrí y saludé como me nació, con un abrazo y un "hola, cómo estás". Un poco nerviosa y sin saber bien a bien cómo reaccionar, lo invité a pasar.



No sabía cómo iniciar, qué decir, qué platicar. Había tanto que quería contarle, el anillo, mi boda, mi embarazo, el trabajo, en fin... ¿Por dónde comenzaba? ... pero una parte de mí aun estaba enojada, dolida.


Le mostré los cambios que ha tenido la casa, ya que, como él lo dijo, sólo conocía la versión de soltera.

Lo observé mientras hablaba para ver si percibía algún cambio en él. La gente cambia y a veces se vuelve irreconocible, pero no, no fue su caso.


La misma mirada, tono al hablar, mente revolucionada, ideas firmes y locas, más delgado que la última vez y que lo que reflejaban las fotos...un poco menos de bromas y criticas, escuchando más que hablando...sí, tenía frente a mí al mismo hombre que se convirtió en mi cómplice, en mi amigo y mucho más.

En ocasiones uno implora que la gente cambie, en otras, como ésta, uno espera que no sea así, que todo esté intacto, tal cual lo dejamos...

Un breve resumen de mi vida, de nuestra vida, una shisha de frutas y unos sorbos de alcohol fueron el complemento de esa charla de tres.

Mientras Luis y él conversaban sobre música y cine, sus temas favoritos, yo preparaba la cena, formulando en mi mente la pregunta que más me inquietaba.

Entró a la cocina, lo puse al día de algunas amistades y familiares, y cuando nos quedamos en silencio, aproveché para preguntar "y bien, ¿Qué fue lo que pasó?".

Esperaba todo menos su respuesta. "Tú así lo decidiste". Discutimos el punto, recordamos y no concluimos... la cena estaba servida.

Contamos algunas anécdotas, cenamos y cuando el reloj marcó las 00:12, agradeció la cena e invitación y nos despedimos de nuevo con un abrazo, confirmando que habría una próxima y que teníamos la conclusión de ese tema pendiente

No cabe duda, siempre hay dos o más versiones de una historia; no cabe duda, los puntos suspensivos no son el final...







lunes, 30 de julio de 2012

Metamorfosis

Es asombroso ver cómo la gente cambia con el paso de los años, y no me refiero únicamente a las huellas que deja el tiempo en el cuerpo.

Contemplo a mi hijo de escasos 15 meses de vida y respiro su inocencia, esperanza, ilusión, pureza y bondad.

¿Cómo es posible que a veces nos transformamos tanto que ni nosotros mismos nos reconocemos? ¿Por qué perdemos esa inocencia con la que nacemos?

Algunas tardes de este mes tan loco me sentaba en el tapete únicamente a observar dos etapas de la vida, dos generaciones distintas.

lunes, 16 de julio de 2012

Nuestra experiencia en Cool de Sac


Muchas veces me he quejado de la falta de lugares de diversión para niños de 0 a 2 años de edad. Además de los parques públicos (que incluso no son para bebés que aún no caminan) y Piccolo Mondo, no conozco muchas opciones para ellos, así que cuando supe de la inauguración de Cool de Sac México me emocioné por completo y me puse a buscar fotografías del restaurante en facebook y google.

Después de mucho planearlo y tras casi dos horas de camino (sin tráfico, pero con lluvia), finalmente el sábado conocimos el lugar ubicado en el centro comercial Paseo Interlomas. Saliendo de Liverpool, en planta baja y a mano izquierda, aparecieron las coloridas letras del restaurante. Pasando una puerta de cristal y antes de atravesar una pequeña reja con llave y custodiada por personas del lugar,  hay una tienda de juguetes, en su mayoría mega blocks, y un recibidor.

lunes, 9 de julio de 2012

Me comí la Gran Manzana...


Después de un viaje, siempre hay mucho que contar, más aún cuando el motivo de ese viaje eres tú...
 
Nueva York no era una ciudad que llamara mi atención, nunca se me había antojado viajar a ese destino, a pesar de los excelentes comentarios que había escuchado, incluso de mi familia. No había algo en particular que me invitara a conocerlo. Eso, por supuesto, se lo había expresado al marido casi después de saber que Nueva York y Londres son dos de sus ciudades favoritas.
 
Desde hace poco más de un mes, el marido anunció un viaje en pareja para mi cumpleaños, léase SOLOS, sin Bam Bam; me pidió que solicitara una semana de vacaciones en el trabajo y no dijo más. A la semana, se le ocurrió decirme que nuestro destino estaba entre las siguientes opciones: Las Vegas, Miami, Alaska, San Francisco y Nueva York, y que podía intentar adivinarlo.

viernes, 29 de junio de 2012

Misión cumplida


Aunque primero no estaba convencida de hacer una fiesta para celebrar el primer año de Bam Bam, en el fondo sabía que no podía dejar pasar la fecha por alto.

Después de pensarlo  mucho  y analizar las diferentes alternativas de festejo, finalmente decidimos que sí habría fiesta. Queríamos un lugar con atracciones para bebés, los cuales están escasos en la Ciudad, por lo que recorrí cerca de 10 salones infantiles diferentes, hasta que encontré el adecuado para la edad del cumpleañero y los pequeños invitados, Gymboree. Llevé al marido para que lo viera y también estuvo de acuerdo, ya que además de tener juegos de su tamaño, les darían una clase de estimulación.


Tras apartar el sitio, hacer la lista de invitados, decidir qué se serviría de comer, rentar el inmobiliario que faltaba y comprar golosinas, parecía que prácticamente todo estaba resuelto. ¡Ilusa! en realidad a penas iniciaba el trabajo y sólo contaba con dos semanas, eso sin descontar el tiempo que paso en la oficina.

lunes, 7 de mayo de 2012

365 días...


Generalmente, en diciembre comienzan los comentarios sobre lo rápido que se fue el año, e, incluso, muchos hacen un balance de las cosas vividas a lo largo de 365 días.


Hoy a mí me toca hacer el balance, y no es 31 de diciembre, no está por finalizar un año, simplemente es una fecha más especial para mí y mi familia, ya que hace 365 días llegó a esta casa un bebé redondito, de 3,890 kg, de labios rojos, piel rosada, mirada penetrante, abundante cabello oscuro, llanto ronco, cachetes inmensos y hermosos, piernas torneadas y firmes, nariz pequeña, manos y pies grandes, tanto como su impaciencia e intolerancia. Un muñeco de carne y huesos, perfectamente imperfecto, esperado y más que anhelado.


jueves, 26 de abril de 2012

Un año más, una historia más

Con dos meses de anticipación, había planeado un viaje sorpresa para celebrar su cumpleaños. El tercero que pasamos juntos, por cierto. Tenía básicamente dos destinos en mente, uno nacional y otro internacional; sin embargo, como no disponíamos de muchos días, casi estaba decidida que el viaje sería a una playa mexicana.

Me dediqué un día completo a buscar un hotel lindo, para adultos y todo incluido, pues no quería que él pagara nada. Después de mucho pensarlo, había elegido el lugar. Una mañana, antes de hacer la reservación en el hotel, sólo por no dejar, le dije, "amor, ya sabes que estoy planeando una sorpre para tu cumple, quieres que incluya al gordo o sólo tú y yo". Se quedó pensando unos segundos, y contestó, "como tú quieras". Perfecto, entonces mi idea seguía en pie y no modificaría el plan, nos iríamos él y yo y Bam Bam se quedaría con mi mamá. Seguí arreglándome, y de repente escuché "ay no, mejor con él, es que es mi primer cumpleaños como papá".

domingo, 15 de abril de 2012

Sin punto final

Lo conocí en la Carpa Geodésica, cuando tenía 15 años. Estaba formada para entrar a ver la obra que nos había dejado de tarea la profesora de literatura cuando Karla, mi amiga, llegó con él y lo presentó. Esa vez a penas cruzamos palabra.

La segunda ocasión que lo vi fue en una reunión en casa de Karla, pero ya no iba como su amigo, sino como su cuñado, pues tras varios meses, había retomado su noviazgo con Mariana. Esa tarde, hablamos un poco más, intercambiamos teléfonos y correos electrónicos, lo usual en aquella época.


Cada que había fiestas o salidas en grupo, Karla o Mariana me invitaban para que me uniera a su plan. La cita casi siempre era en casa de él, le gustaba ver a todos sus amigos, y colados como yo, reunidos en su sala.


No sé bien cómo fue, pero de repente dejé de ser la colada, me convertí en amiga de sus amigos, como Berna, y nuestras platicas y saludos por msn comenzaron a ser más frecuentes.

miércoles, 11 de abril de 2012

¿A dónde se fueron las letras?

Han pasado varios días desde que publiqué mi último post, y es que por más que intenta escribir, no lo lograba. Tecleaba un par de palabras e inmediatamente las borraba... y así, repetía la historia una y otra vez. Parecía que las letras se habían esfumado de mi cabeza, que había perdido la habilidad para escribir.
 
Y no es que no haya sucedido nada importante o relevante en mi vida, al contrario,  han sido muchas cosas, pero simplemente no encontraba la forma, espacio y tiempo para plasmarlo en "papel". Probablemente ha sido ese cúmulo de situaciones las que me han impedido hacerlo. Esos días difíciles, tanto en lo laboral como en lo personal...de esas veces en que no encuentras tu lugar y quisieras no tener que convivir con nadie, ni contigo mismo.

miércoles, 29 de febrero de 2012

En busca de Mary Poppins

Una de mis grandes preocupaciones como madre ha sido la seguridad de mi hijo. Y creo que no es para menos, diariamente nos vemos bombardeados por la televisión, la radio y los periódicos con información de asaltos, secuestros y robos, además de las múltiples historias de conocidos que han sido víctimas de la delincuencia. Sumado a ello, también he escuchado muchos casos en los que las niñeras maltratan a los niños cuando los papás están ausentes, o que algún conocido o familiar viola a los niños (desgraciadamente tengo un caso muy cercano).

Así que mi paranoia ha aumentado considerablemente a partir de que me convertí en madre. Hay veces que hasta mi sombra me causa desconfianza, por resumirles el caso.

martes, 21 de febrero de 2012

Mujer, madre... ¿esposa?






Una de las razones por la que me divorcié (en mi primer matrimonio) fue por la falta de comunicación, convivencia e intimidad. Había días que sentía que la canción tan popular "Detrás de mi ventana", de Yuri, había sido escrita especialmente para mí y basada en mi historia.
Silencios continuos, detalles nulos, nada de convivencia y noches frías eran parte de mi día a día, hasta que decidí poner fin a esa historia. Intenté todo por mejorar la relación, pero, defintivamente, una pareja es de dos, y creo se necesita de ambos para mejorar las cosas ... y sólo de uno para empeorarlas.
El día que firmé mi divorcio, me prometí no permitirme nunca más volver a sentirme como en aquellos meses, cuando la soledad era mi compañera incondicional... y la tristeza la ocasional.

Años después, cuando conocí a Luis, dentro de aquella plática que duró 12 horas, le conté acerca de mi sueño de convertirme en madre y tener una familia. "El tener hijos no está en mis planes; yo nací para vivir en pareja", me contestó. En ese momento me pareció el ser más extraño sobre la tierra. "¿Vivir en pareja?"... ¿de qué hablaba? pero como en ese momento apenas comenzábamos a conocernos, no le di importancia a su comentario; total, seguro iba a encontrar a una mujer que compartiera su filosofía de vida, a mí qué.
Semanas o meses después, cuando comenzamos una relación, volvió a salir el tema y cada uno insistía en su postura. Yo, moría por ser madre; él, pareja. Así pasaron los primeros meses, cada uno en su canal, sin discutir, sin aprobar nada.
Poco antes de embarazarme, un día se sentó a explicarme a qué se refería con "ser pareja". "Muchas veces las mujeres, cuando tienen hijos, se olvidan de ser pareja, de ser esposa... y la relación se va apagando", palabras más, palabras menos, ese fue el mensaje.

Ese día me quedé un poco confundida, para mí era muy claro que una cosa era el esposo y otra el hijo, que no tenía relación y no había por qué descuidar o cambiar a uno por el otro. No entendía bien su temor o por qué decía eso.

Cuando nació Bam Bam, sobra decir que fue un sueño hecho realidad para mí. La emoción y alegría invadieron mi ser, así como los nervios y temores. Ese 7 de mayo no recordé la frase de Luis "ser pareja por siempre".

Pasaron las semanas, y el cansancio poco a poco fue apoderándose de mí. Cada vez tenía menos energía, me sentía gorda y desesperada por no entrar en mi ropa, por no ver la silueta que yo quería en el espejo, por no tener tiempo para ir a la estética para arreglarme las uñas y teñirme el cabello, por no poder ir al cine, al teatro o a comer con alguna amiga sin tener que levantarme, mínimo, 5 veces de la mesa. Los días se me hacían cortos para hacer todo lo que debía. Lavar y doblar ropa, arreglar la casa, hacer la comida, bañar al bebé, darle de comer, arreglarme y, además, meditar día y noche si debía o no regresar a trabajar.

Cuando regresé a la oficina, los días duraban menos, tenía que dividirme en mil partes. Cumplir con mis obligaciones laborales, hacer todo lo posible y lo imposible por establecer una lactancia exitosa, comer en dos minutos o en el rato que Bam Bam se durmiera, cuidarlo, bañarlo.... y todos los demás quehaceres de una "señora".

Comencé a hacer lo que era más cómodo para mí, escudándome en "es lo mejor para el bebé". Y así, sin darme cuenta, me fui olvidando de esa parte, del ser pareja. Poco a poco comencé a hacer lo mismo que años atrás me habían hecho y que había terminado por romper mi matrimonio y derrumbar mis ánimos.

Cuando mi esposo llegaba a casa, le contaba cuan cansada estaba, a veces llorando, otras tratando de contenerme. Cuando él intentaba abrazarme, yo sólo quería dormir... y ni qué decir de tener relaciones, era tema prohibido. Él tenía que entender que yo era un coctel hormonal. Qué injusto me parecía que no me entendía, que no se ponía en mis zapatos.

Pasaron algunos meses, y un día Luis aprovechó la oportunidad para abrirse y decirme lo que sentía. Fue entonces cuando comprendí a lo que se refería con "ser pareja y no olvidarse de ser esposa". En efecto, en mi lucha constante por ser la mejor madre, me había olvidado de ser la mejor esposa. Yo creía que con estar despierta cuando él llegaba del trabajo estaba cumpliendo, con ofrecerle algo de cenar y medio arreglarme los fines de semana cuando íbamos a salir.

Muchas veces no nos damos cuenta de los errores que cometemos hasta que nos enfrentamos con una realidad desconocida, que nosotros mismos vamos construyendo con nuestro actuar diario. Nos olvidamos de aquella frase "en las buenas y en las malas", del "para toda la vida", de los detalles, de las palabras, de decir "te amo" no sólo al recién nacido, también a la pareja. Dedicamos nuestro día y noche a esa personita que vemos indefensa, olvidándonos que esa persona que parece ser fuerte e indestructible también es humano y necesita cariño y atención, y más allá de ello, es nuestra pareja, a quien elegimos y con quien decidimos compartir nuestra vida.

En ocasiones, nuestra venda es tan grande, que no nos damos cuenta que nosotros mismos somos quienes ponemos el escenario perfecto y abrimos la puerta para la llegada de un tercero. Y sí, creo que muchas veces por eso fracasan los matrimonios, porque nos olvidamos de ser pareja y nos dedicamos a ser madres.
Es más, muchas veces, nos olvidamos de ser mujeres.

Hoy por hoy estoy convencida que si no tienes un balance y equilibro en todas las partes que componen tu vida, una de ellas termina fracasando.

lunes, 6 de febrero de 2012

Aprendiendo a ser padres

No hay escuela para padres, pero qué razón tenía mi suegro cuando nos decía "tomen cualquier curso o taller que encuentren sobre padres e hijos, crianza o pareja, nunca están de más, todos sirven".
No sé si nos creíamos expertos o, por el contrario, éramos demasiado inexpertos, pero jamás se nos ocurrió tomar un curso de psicoprofilaxis, es más, nos negamos a ello pues de antemano sabíamos que mi hijo nacería por cesárea y lo consideramos innecesario. Qué error, creo que nos hubiéramos ahorrado muchas dudas si hubiéramos asistido a alguno, pero el hubiera no existe, así que de una u otra forma, desde que nació Bam Bam hemos intentado resolver nuestras dudas.
En los últimos dos meses, pero intensificada en las últimas dos semanas, nuestra máxima preocupación respecto a nuestro hijo era el tema del sueño. Buscabamos la forma de que durmiera toda la noche, pero poco nos preguntábamos por qué no dormía toda la noche.

Probamos muchos tips y remedios. Baño con agua de lechuga, gotas de melisa y lavanda, música relajante, crema "dulces sueños", leche caliente, taparlo, destaparlo, luz tenue, oscuridad, arrullos, colecho, un muñeco de apoyo, chupón, y no sé cuántas cosas más que estoy olvidando en este momento, pero nada parecía funcionar.
 

martes, 31 de enero de 2012

"No seré comunicóloga"

 
Esta es la fachada de los departamentos donde viví
durante dos meses con una gran persona y amiga.

Estaba convencida que lo que estaba fallando era la escuela, pero el cúmulo de situaciones y decepciones me hicieron plantearme un cambio de licenciatura e, incluso, de universidad.
Un día, tras asistir a un autolavado de un alumno de Comunicación de la UIC, en donde leí un periódico hecho y escrito por los estudiantes de la universidad  y captar que en la mía no había nada similar para poner en práctica la teoría, decidí hablar con mis padres para plantearles la posibilidad de un cambio  de licenciatura y universidad. "Voy a estudiar Administración de la Industria Hospitalaria en el ESDAI", dije.

Al ver mi preocupación y asombrado por mis palabras, pues desde pequeña tenía claro que me quería dedicar a los medios, mi papá habló con un amigo que tenía en Tv Azteca para que me diera un recorrido por las instalaciones y me platicara acerca de  la comunicación en la vida real, léase en el campo profesional.
 

domingo, 29 de enero de 2012

Mi mejor roomie

En diciembre de 2008 entré a trabajar a Reforma, justo un día después de haber regresado a vivir con mi ex marido. Los primeros 15 días, acostumbraba a comer con un reportero que también acababa de entrar a la sección; después comencé a convivir con otros integrantes del equipo, entre ellos mi paisana, Sonia.

Para ella no fue un buen mes, para mí tampoco; comencé a tener algunos problemas con el susodicho y rondaba por mi mente la idea de pedirle el divorcio y salirme de su departamento antes de que las cosas empeoraran, y tenía claro que no quería regresar a casa de mis papás.

miércoles, 25 de enero de 2012

Carta no. 2

Cuando tu tía Fer me preguntó "¿le dirás algún día que sus papás se divorciaron y se volvieron a casar?", mi respuesta inmediata fue "no, no tiene por qué saberlo". En ese entonces, a penas comenzabas a formarte en mi vientre, desconocía tu sexo, no imaginaba tu cara y mucho menos tu forma de ser. Creía saber exactamente cómo quería y debía educarte.

Mis miedos eran pocos, me consideraba "open mind" y un tanto despreocupada. Sin embargo, desde el momento en que te tuve en mis brazos, todo cambió, se aclararon muchas ideas, comencé a ver las cosas desde otra perspectiva, con otros ojos.

Lo que no me importaba e, incluso, con lo que llegué a estar de acuerdo, comenzó a preocuparme; presté más atención al entorno que nos rodea, surgieron algunos focos rojos en mi cabeza y, desde entonces, me prometí cuidarte y protegerte de todo y de todos, pero también entendí que no puedo crear el mundo perfecto que quisiera para ti, no puedo encerrarte en una caja de cristal y esconder lo que sucede afuera.

miércoles, 18 de enero de 2012

La vuelta a mi vida en 365 días

Uno de mis propósitos a largo plazo es publicar un libro, no sólo por lo que se dice por ahí que antes de morir hay que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro, si no porque siempre he tenido esa cosquilla, ha sido mi sueño desde pequeña, y, además, la idea que tengo es publicar algo que pueda ayudar a alguien, ¿a quién? no lo sé, aún sigo pensando en el tema.

Tras vivir en carne propia lo que es la bulimia, pensé en escribir sobre desordenes alimenticios; también en alguna ocasión pensé en escribir algo sobre adicciones, y ahora que soy madre, sobre maternidad, pero seguiré en la búsqueda.

Hace poco más de dos meses, recibí un correo en el que promovían un taller en línea que daría Karina Falcón, y el cual tenía como objetivo final la publicación de una Antología con historias a favor de un parto respetado y humanizado. A pesar de que mi hijo nació por cesárea, consideré que mi historia podía servir a futuras madres por razones que adelante leerán, así que contacté a Karina y me inscribí.

lunes, 16 de enero de 2012

Mi nueva casa

Después de mucho pensarlo, decidí fusionar mis dos blogs, Diario de una Princesa (2008) y Milky Time (2011).
Si algo tengo claro es que conforme pasa el tiempo, los gustos e intereses se modifican, y así sucedió en mi caso. Cuando nació mi hijo, comencé a seguir blogs escritos por y para mamás, así como páginas de lactancia y crianza en general.
Como toda mamá primeriza, quería lo mejor para mi hijo, pero las dudas se apoderaban de mí, tenía muchas inquietudes y me enfrenté con algunos problemas relacionados con la lactancia; algunos pude resolverlos con ayuda de algunas mamás tuiteras, como Mamá de Alta demanda, y algunas consultas privadas con expertas, pero, en general, me di cuenta que falta mucha información al respecto, así que me inscribí a un curso, leí varias biografías y creé Milky Time, un espacio para promover la lactancia a partir de mi experiencia. Poco a poco comencé a escribir historias de mi día a día con mi pequeño Bam Bam, las cuales, creo, le pueden servir a otras madres.
 

jueves, 12 de enero de 2012

Depresión posparto



Después de haber tenido la oportunidad de entrevistar a Katia Thiel, autora del libro "Maternidad Tabú", creí necesario compartir un poco de lo que hablamos durante media hora, pues las cifras de las mujeres que sufren depresión posparto en el mundo y en México son alarmantes, y, además, muchas de ellas  no saben lo que está sucediendo.

lunes, 9 de enero de 2012

Nuestro primer baño

Cuando Bam Bam tenía 3 meses, comenzaron los comentarios y cuestionamientos sobre la forma en que lo bañaba. "¿Hasta cuándo lo vas a bañar en tina?" "Ya está grande, lo puedes bañar en la regadera" "Ya es hora de que se bañe con papá"... y un sinfín de comentarios más.

A raíz de un problema que tuve con mi mamá por un comentario que me hizo sobre la lac
tancia, opté por no pelear con el mundo, no dar explicaciones y limitarme a sonreír.

Y es que no entiendo por qué el afán de hacer que los niños crezcan antes de tiempo, y no me refiero al baño en regadera, sino a todo, siempre hay un comentario que refiere a que el bebé ya está grande para tal o cual cosa.

jueves, 5 de enero de 2012

Un regalo para siempre


Cuando me mudé al nuevo departamento, estaba más que emocionada, significaba mucho para mí. El inicio de una nueva etapa, el cerrar círculos, tener que enfrentar y afrontar mis miedos, aprender a vivir completamente sola y, sobre todo, poder decorar a mi gusto y antojo.

Como buena princesa cursi que he sido toda la vida, siempre me ha gustado el color rosa. Durante mucho tiempo mis celulares fueron rosas, mi compu es rosa, la mitad de mi closet es rosa y mi último coche estuvo a punto de ser rosa, pero mis papás me salvaron de hacer semejante ridiculez, así que claro está que mi casa tenía que ser del mismo color, rosa.

miércoles, 4 de enero de 2012

Su primera palabra

Cuando mi hijo nació, como ya lo expliqué en otro , tuvo que estar unas horas con un casco de oxígeno y recibió su primer alimento por sonda. Al día siguiente, cuando lo escuchamos llorar, la primera en preocuparse fue mi mamá, "lo lastimaron", dijo. Todos pensamos lo mismo, pues su llanto era "ronco". Sin embargo, conforme pasó el tiempo, nos dimos cuenta que no, no lo habían lastimado, su timbre es así, muy al estilo de la Guzmán, en versión masculina.
No estaba empeñada en que su primera palabra fuera "mamá", me conformaba con escuchar cualquiera, y muchas de mis tardes las he dedicado a enseñar a Bam Bam a decir "ma-má" "pa-pá", "a-gua"... con la esperanza de que un día, cuando menos lo esperara, repitiera una de esas palabras; sin embargo, mi suegro, muy a su estilo y en broma, me decía que no me preocupara si no lo hacía, pues el marido había hablado hasta los 3 años.


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