Como algunos ya lo saben, provengo del lugar más hermoso de la República: Culiacán, Sinaloa, pero desde hace más de una década radico en chilangolandia.
Parece que fue ayer cuando arribé de la ciudad de los Tomateros, traía unas mallas floreadas, shorts verde olivo que hacían juego con un saco del mismo color, unas botas altas por eso del frío de la ciudad y una bolsa negra llena de recuerdos, esperanza y emoción. ¡Vaya outfit!