miércoles, 11 de abril de 2012

¿A dónde se fueron las letras?

Han pasado varios días desde que publiqué mi último post, y es que por más que intenta escribir, no lo lograba. Tecleaba un par de palabras e inmediatamente las borraba... y así, repetía la historia una y otra vez. Parecía que las letras se habían esfumado de mi cabeza, que había perdido la habilidad para escribir.
 
Y no es que no haya sucedido nada importante o relevante en mi vida, al contrario,  han sido muchas cosas, pero simplemente no encontraba la forma, espacio y tiempo para plasmarlo en "papel". Probablemente ha sido ese cúmulo de situaciones las que me han impedido hacerlo. Esos días difíciles, tanto en lo laboral como en lo personal...de esas veces en que no encuentras tu lugar y quisieras no tener que convivir con nadie, ni contigo mismo.
Hace un par de días platicaba con el mejor amigo de mi marido, a quien le tengo un gran cariño y, además, disfruto mucho leer; de hecho, cuando empecé a rondar la bloggosfera, su blog fue el segundo que visité y me enamoró desde el inicio. Como varios de los bloggeros que sigo, él también decidió dejar el primero que tuvo, o el primero que le conocí, y crear uno nuevo, ya que su vida dio un giro de 360 grados y necesitaba otro espacio. Cuando anunció el otro, me alegré, pues volvería a reír con sus relatos, con la forma tan original de narrar y describir cada una de las historias, reales o no, que cruzan por su cabeza, pero poco me duró el gusto, pues se sumó a la lista de los bloggeros "des"inspirados.
Tras ver la película "El Secreto de sus Ojos", en la que, curiosamente, se cuenta la historia de una persona que tras involucrarse en la investigación de un asesinato intenta escribir un libro, le pregunté que qué había pasado con su nuevo sitio y me dijo lo que temía escuchar "no tengo tiempo... o cuando lo tengo, no escribo"... justo me estaba pasando lo mismo.

En las mañanas me enfoco prácticamente de lleno al trabajo, que irónicamente involucra letras, y en las tardes a mi hijo, lo que deja pocos espacios libres para escribir. Sin embargo, ambos coincidimos en que nuestros pretextos, porque realmente eso son, no tenían validez, pues un día tiene 24 horas y escribir un post, a veces, no te quita más de 20 minutos. Entonces... ¿qué pasa? ¿nos robaron a todos las musas?
La semana pasada tuve que entregar una nota, que yo misma pedí redactar, y pasé tres días frente al monitor sin saber cómo comenzar. Nunca me había costado tanto trabajo escribir... y no entiendo por qué si desde chica no hay cosa que más disfrute que tomar una hoja de papel en blanco y plasmar en ellas historias, cuentos o anécdotas. De hecho, el año pasado, cuando escribía en dos blogs, uno personal y uno colectivo, me era mucho más sencillo, y no puedo decir que esto cambió a partir del nacimiento de mi gordo, pues fue él quien me inspiró a escribir varios de los post aquí publicados.  

Y como pueden pasar años si sigo dándole vueltas al tema e intentando encontrar respuestas a mi mal, decidí seguir el consejo de Mike y de mi marido, no esperar a que llegue la inspiración para escribir, pues entre más la espere, más complicado será... así que, mi nuevo propósito, entre muchos más que surgieron en estos días tan complicados, es tomar papel y pluma cuando surja una idea en mi mente y escribir de lo que sea y a la hora que sea.

Y bien, allá voy...

4 comentarios:

  1. Así es... que la inspiración nos encuentre trabajando....

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  2. Es como cuando en el futbol viene un centro al área: hay que agarrar el balón de volea. Si no, se pasa la oportunidad. Los amo.

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  3. Querida, así nos pasa a todas, la vida en su avalancha nos arrastra y la cotidianidad nos hace pensar que no podemos con todo. Yo dejé mi blog meses, y aunque me digo que tengo que escribir al menos una vez a la semana, lo cierto es que no lo hago por mil pretextos! Coincido en que la inspiración también es algo que se va trabajando.

    No dejes de escribir, tú para mi fuiste una inspiración para retomar mi blog, así que sigamos adelante!
    Besos
    Los quiero

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  4. Al principio me pasaba lo mismo, pero me he dado cuanta que lo perfecto es enemigo de lo bueno y que al final hay que soltase y escribir, donde sea y como sea.. por eso estoy de acuerdo en lo último que dices. así que cuando la inspiración llegue nos tiene que encontrar aplicadas trabajando, entonces lo único que queda es escribir y escribir.. nada más..muchas suerte con tu nuevo propósito.

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