Nada
más triste que una persona deje de hacer lo que más le gusta por falta de
tiempo. Y sí, así me ha pasado.
Desde
pequeña, lo que más disfruto es escribir, lo que sea... desde cartas, recaditos,
poemas y cuentos hasta posts o reportajes de ciertos temas que me interesan,
como vida, salud y, claro, niños.
En
cuanto aprendí a escribir, que hoy sé que
nunca terminas de hacerlo, comencé a redactar cartas para mi mamá, las cuales dejaba bajo su almohada, sobre todo
cuando me portaba mal y quería disculparme sin que se me llenaran los ojos de
lágrimas y se me quebrara la voz.
Después,
durante un curso de verano en Guadalajara, descubrí que también era divertido
escribir cuentos, pues podía echar a volar mi imaginación al infinito y más
allá.
Luego, en mi adolescencia creí que lo más padre
era plasmar mis ideas y vivencias en un diario, claro, hasta que supe que mi
mamá se entretenía de lo lindo leyendo mis
secretos. Fue entonces cuando dejé de hacerlo y opté por convertirme en poeta...
sí, no sólo redactaba poesías, también las leía y declamaba cuando tenía
oportunidad. Y vaya que lo hacía bien, pues una vez hasta logré que al doc se
le enrojecieran los ojos.
Cuando
entré a la universidad, confirmé que, definitivamente, lo mío es la escritura y
redacción, así que comencé a colaborar en algunas revistas, continué llenando de
cartas melosas a mi en aquel entonces novio y comencé a perfilarme para
dedicarme profesionalmente a lo que hoy hago, escribir y editar en un medio de
comunicación.
Sumado
a esto, puedo decir que soy, o ya no sé si era, completamente fanática de
fotografiar momentos especiales y espontáneos de mi vida. Recuerdo que mi
primera cámara me la obsequió mi papá cuando tenía 8 años. Era negra,
completamente básica y, obviamente, de rollo. No sé cuántas "películas" velé, pero sí recuerdo cuánto me divertí y
cuántos instantes capturé.
Mi
segunda cámara o la que recuerdo porque fue muy especial es una diminuta
sony. De hecho,
creo que ahí surgió mi amor por la marca, apenas medía 5 centímetros de largo y
tenía 2.0 megapixeles, pero para mí era la mejor. Después de esa, muchos modelos han pasado por mis manos hasta la que actualmente tengo, "nuevecita de
paquete", como dicen por ahí, y la cual tuvo a súper bien regalarme
Luis.
Desafortunadamente,
el trabajo, la rutina y las ocupaciones diarias, muchas veces terminan por
alejarnos de nuestros hobbies (o hobbys según la RAE) y pasiones.
Y como estoy completamente convencida de que eso no es sano, ahora que soy madre espero poder transmitirle a mi hijo la importancia de darse espacio para cada cosa, incluyendo esas que te hacen feliz por el simple hecho de hacerlas. Y como también estoy segura de que se predica con el ejemplo, mi propósito de abril es volver a encontrar esos lapsos en los que pueda fotografías lo que más me gusta y plasmar lo que más disfruto.
No se diga más: a disparar.
ResponderEliminarAmiga, hobbys se ve rarisimo (aunque se que en tu trabajo asi piden que se escriba)! Cheque en la pagina de la REA por no dejar, y no se sugiere escribirlo asi... de hecho su diccionario no incluye forma plural. Te sugiero escribirlo de la manera que tu sabes que es correcta... hobbies. :)
ResponderEliminarJane, aún sin poder dedicarle el tiempe que merece tu gusto, el que compartas esto con nosotros, creo que vale la pena. Enjoy
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